martes, 19 de abril de 2016

Necesidad de control e incertidumbre





Hay momentos en que me pregunto por qué he controlado tanto las cosas que me daban miedo para que no sucedieran, para que las cosas no fueran mal. ¿Sabéis adónde me ha llevado todo eso? A perder la inocencia, a las personas, a defenderme de nada en absoluto, a montarme una película que realmente no está sucediendo pero que acaba sucediendo.
Hoy, día de gran incertidumbre, no sé lo que sucede en mi vida, es una sensación algo angustiosa, sin embargo, parece que todo quiere ser una sorpresa que desconozco, y no soy yo quien va a detenerlo.

¿Por qué solemos tener este empeño en el control? ¿Por qué estamos con la escopeta cargada y evitando porque no sabemos qué va a suceder? Supongo que es porque no sabemos qué va a suceder, es tonto, sí, pero nos protegemos de lo que podemos descubrir o todavía no sabemos, de todo lo que viene a romper nuestros esquemas previos. Si no cuadra con lo que creemos que ya sabemos, nos lo cargamos, o lo hacemos como creemos que debería ser. Y si no, no nos vale. Valiente tontería...

Todo esto nos lleva a vivir una vida falsa, banal y aburrida, todo esto es lo que alimenta el tedio y la queja en vez de las ganas de vivir algo, la gratitud hacia nuestra propia vida y la de los que nos rodean. Este control está ahí siempre, acribillando nuestra naturaleza, haciéndonos temer por conjeturas que tan solo son meros pensamientos. Nos ciega y no nos deja ver ni, por tanto, avanzar, nos hace creer en fantasmas haciéndonos creer que, por el mero hecho de pensarlos, son realidades inamovibles, nos hace, sí, renunciar a nuestros sueños y arruinar todas nuestras posibilidades.

¿Estamos locos o qué? ¿Alguien se da cuenta de lo que ha ido perdiendo en el camino por estar empeñado en confirmar sus propios fantasmas y controlar todos los pasos? Lo siento por el vocabulario pero todo esto es una gilipollez.

Pues la verdad, no sé vosotros, pero yo no pienso permitirlo, porque considero que merezco lo suficiente vivir para no conformarme con una película de refrito televisivo y distinguir lo que es vivir y sentirme viva verdaderamente, en vez de echar la culpa a las circunstancias, disimulando todo esto con una sarta de topicazos, para sentirme algo mejor y evadir la responsabilidad ante mi existencia. No me da la gana y además está muy manido; no es elegante.

¿Y vosotros? ¿qué hacéis para no convertir nuestras vidas en tedioso control y una sarta de ideas preconcebidas y enlatadas con valor de normalidad? Porque el problema de todas estas ideas es que no están vivas ni nos dejan vivir absolutamente nada...
¿Para qué creéis que existen en vuestras mentes?

Por favor, si me dais algún consejo resolveremos esto entre todos, por que si algo significa el coaching -y, para mí, la vida- es que todos nos acompañamos para participar y aportar. En todas las sesiones que hago no ceso de darme cuenta.
Yo estoy aquí tan solo para hacerlo posible.

Hacedme otro favor, si es que sois tan amables: liberaos y sed felices. En este mismo momento... y haced lo que tengáis que hacer para ello, de verdad, sea lo que sea -tan solo os recomiendo que no esté penado por la ley-. (Ver "¿De dónde viene la felicidad y por qué no sabemos ser felices?")
Espero que no sea mucho pedir. ¿Qué os parece? ¿lo merece vuestra vida? ¿os atrevéis? ¿os dejaréis detener por la constante incertidumbre de la naturaleza? ¿Qué pasará...?
Yo, la verdad, no tengo ni idea, no sé por qué me está sucediendo esto ni qué me está sucediendo, no con tro looooooooooooooooo

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